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Mostrando las entradas de abril 8, 2012

La tentación de diez libros peligrosos

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La chapa de la izquierda debería ser llevada, en la solapa o en el corazón , por la humanidad entera. “Yo leo libros prohibidos”. Quizá no haya una escuela pedagógica más fructífera contra los dictados del pensamiento plano. Quizá no haya una actitud política más apropiada contra el amansamiento de las conciencias. Libros prohibidos. El simple matrimonio del sustantivo y el adjetivo pronuncia una invitación al pecado , que, como sabemos, es también la puerta de entrada en la santidad. Los poderosos, los que ocultan algo, los que destacan en la carrera de ratas, los cosechadores de ideologías, las personas con agua bendita en el aliento y azufre escondido en el puño, en suma, la mala gente, siempre ha prohibido libros. Nunca necesitaron razones porque les basta el capricho. Desde el Index librorum prohibitorum et expurgatorum , el catálogo de libros peligrosos de la curia romana, que logró, con su buen tino habitual para recomendar buenos autores mediante la excomunión, congregar a es