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Underground (1995)
Título Original: Underground
Yugoslavia
Dirección: Emir Kusturica
Música: Goran Bregovic
Intérpretes: Miki Manojlovic, Lazar Ristovski, Mirjana Jokovic, Slavko Stimac, Ernst Stotzner, Srdan Todorovic, Mirjan Karanovic, Milena Pavlovic
Duración: 2 horas 47 minutos
Emir Kusturica ganó la Palma de Oro en Cannes por esta parábola ácida, surrealista, tierna y lúcida sobre la historia de Yugoslavia en la segunda mitad del siglo XX.
Emir Kusturica ganó la Palma de Oro en Cannes por esta parábola ácida, surrealista, tierna y lúcida sobre la historia de Yugoslavia en la segunda mitad del siglo XX.
Blaky es un hombre casado, pero tiene un romance con Natalija, una actriz frívola, egoísta y casquivana. Su amigo Marko, que también está enamorado de Natalija, aprovecha la guerra para mantener a Blaky, entre otros muchos, escondido en un sótano haciéndole creer que la guerra continúa. Al mismo tiempo, con el fin de enriquecerse, Marko crea en el sótano una fábrica de armas con las que trafica. Esta farsa se mantiene durante veinte años hasta que, accidentalmente, el techo del sótano es destruido y Blaky sale al exterior para encontrarse con la guerra de los Balcanes. Marko y Natalija dinamitan el sótano y siguen dedicándose al tráfico de armas mientras Blaky se convierte en el jefe de una guerrilla.
BREVE RECORRIDO HISTÓRICO
Puesto que el filme se presenta como una metáfora de la historia de Yugoslavia desde 1941 a 1991, se hace imprescindible un conocimiento de los principales hechos históricos ocurridos durante estos años. El estado yugoslavo unificado e independiente data sólo de 1918. Hasta esta fecha, las regiones que formarían Yugoslavia habían estado repartidas principalmente entre el Imperio Otomano, Austria y Hungría. El 6 de Abril de 1941 se produjo el ataque relámpago alemán contra Yugoslavia. El ejército yugoslavo fue vencido rápidamente y el país capituló once días más tarde, el 17 de Abril, siendo repartido entre Alemania, Italia, Hungría, Albania (convertida en italiana) y Bulgaria. Los ocupantes se aprovechaban de la oposición entre las distintas nacionalidades y llevaban una política antijudía y antigitana, de distinta intensidad según las regiones. El Gobierno legal, con el rey Pedro II, marchó al exilio a Londres, con lo que la oposición entre croatas y serbios se mantuvo en el extranjero. En Yugoslavia se desarrollaron dos movimientos de resistencia: el de los Chetniks, del general serbio Mihailovic y poco favorable a la guerrilla, y el animado por Josip Broz Tito desde el Partido Comunista, que organizó el movimiento de guerrillas sin distinción de nacionalidades ni religiones. Al principio, los dos movimientos trataron de colaborar, pero muy pronto entraron en abierta oposición. En 1943, el Consejo Antifascista se transformó en el Comité Nacional de Liberación. Además de dirigir eficazmente la lucha, organizaba el Frente Popular y anulaba el Gobierno de Pedro II en el exilio. Tito, apoyado por los Aliados, desplazó a Mihailovic, recuperó Belgrado y, con ayuda soviética, liberó totalmente Yugoslavia. La guerra afectó duramente a Yugoslavia: el 10% de su población desapareció y las pérdidas materiales fueron enormes. En 1945 se formó un Gobierno provisional presidido por Tito que tomó medidas políticas, sociales y económicas para consolidar la hegemonía política de los comunistas. El Frente Popular, que agrupaba al Partido Comunista y a políticos de diversos partidos, venció en las elecciones, abolió la monarquía y proclamó la República Federal Popular, integrada por Serbia, Croacia, Eslovenia, Montenegro, Macedonia y Bosnia-Herzegovina, más las dos regiones autónomas de Kosovo y Voivodina . Se ratificó a Tito como jefe del Gobierno y se aprobó una Constitución. Se tomaron diversas medidas sobre la propiedad, la reforma agraria y la estructura política, mientras los comunistas perseguían a todos sus adversarios. Mihailovic, jefe de las milicias serbias (Chetniks) durante la guerra, fue ejecutado tras ser acusado de colaboración con los alemanes. Yugoslavia desarrolló estrechos lazos con la URSS, de la que recibía una importante ayuda económica. La crisis entre ambos países estalló en 1948 a propósito de la federación balcánica con Bulgaria y Albania, a la que Stalin era hostil. La ruptura con Moscú, acompañada de un bloqueo económico por parte de los otros países socialistas, obligó a Tito a modificar su política y solicitar ayuda de Gran Bretaña, Estados Unidos y Francia, aunque esto no le impidió mantener su postura independiente y su ideología comunista. Después de 1960 se abrió un periodo marcado por un desarrollo de la democratización. Una nueva Constitución instituyó un república "socialista" haciendo hincapié en la democracia directa y la autonomía de las repúblicas. Pero el problema del nacionalismo continuaba y condujo en el curso de los años setenta a una crisis caracterizada principalmente por la destitución de dirigentes croatas. También se desarrolló una lucha contra el liberalismo (destitución de dirigentes serbios), el tecnocratismo y los komiformistas. La Constitución de 1974 reforzó los derechos de las repúblicas pero, al mismo tiempo, garantizó la autogestión y la unidad del sistema. Tras la muerte de Tito, en Mayo de 1980, entró en funcionamiento el colectivo presidencial, encabezado en turnos anuales por cada uno de sus ocho miembros (representantes de las seis repúblicas y las dos regiones autónomas de Kosovo y Voivodina). Aunque esta alternancia había sido deseada por el propio Tito y los dirigentes se habían comprometido a seguir su política de gobierno, la desaparición de Tito suspuso el inicio de una larga crisis política, agravada por una situación económica progresivamente deteriorada. La carencia económica empeoró especialmente en las repúblicas más atrasadas y exacerbó los sentimientos nacionalistas de las más ricas, Eslovenia y Croacia, que reclamaron una fórmula de independencia o una confederación. Serbia se oponía sus pretensiones y en 1989 se produjeron los primeros choques nacionalistas en Kosovo, provincia autónoma de Serbia de mayoría musulmana. En 1990 se inició la verdadera crisis con la descomposición de la Liga Comunista.
En Junio de 1991, Eslovenia y Croacia se declararon independientes y poco después tuvo lugar el primer conflicto de milicianos eslovenos y croatas con el Ejército Federal, controlado por Serbia.
Por mediación de la Comunidad Europea se logró un cese de hostilidades y el inicio de negociaciones para terminar con la guerra civil desatada entre Serbia y Croacia. La paz se restableció fácilmente en Eslovenia, sin población serbia, pero en Croacia, la comunidad serbia (el 12% de la población) rechazó la integración en un estado croata independiente. El presidente croata formó un ejército y pidió ayuda a la Comunidad Europea, que fue incapaz de detener el conflicto interétnico. Tras lograr un cese de hostilidades entre Croacia y Serbia, por mediación de la ONU, los países de la CE reconocieron a las repúblicas eslovena y croata y se firmó un acta de disolución de la federación yugoslava en Enero de 1992. La guerra, cada vez más sanguinaria, prosiguió ahora en Bosnia-Herzegovina, tras proclamar esta república su independencia. Los servio-bosnios practicaron una política de terror para desplazar a las poblaciones croatas y musulmanas. Yugoslavia quedó reducida a Serbia y Montenegro que, en Abril de1992, constituyeron la República Federal de Yugoslavia, con Slobodan Milosevic como jefe del Estado. La ONU, conocedora de la labor de "limpieza étnica" que se estaba llevando a cabo en Bosnia-Herzegovina, no reconoció la nueva Yugoslavia y acordó su bloqueo económico en Abril de 1993 a fin de evitar el apoyo militar que prestaba a los serbio-bosnios. Estas sanciones afectaron duramente la economía, especialmente en Montenegro, donde se desarrolló el mercado negro y se forzó al paro a la mitad de la población. Las sanciones fueron desvirtuadas por un intenso contrabando, potenciaron a los extremistas y reforzaron el apoyo interno a Milisevic. En 1995, los serbio-bosnios ocuparon las ciudades bosnias protegidas por la ONU, la OTAN bombardeó las posiciones serbias y éstos aceptaron negociar. Bill Clinton convocó a los presidentes serbio-bosnio, serbio y croata a una conferencia de paz en Dayton que puso fin al conflicto en Noviembre de 1995.
BREVE RECORRIDO HISTÓRICO
Puesto que el filme se presenta como una metáfora de la historia de Yugoslavia desde 1941 a 1991, se hace imprescindible un conocimiento de los principales hechos históricos ocurridos durante estos años. El estado yugoslavo unificado e independiente data sólo de 1918. Hasta esta fecha, las regiones que formarían Yugoslavia habían estado repartidas principalmente entre el Imperio Otomano, Austria y Hungría. El 6 de Abril de 1941 se produjo el ataque relámpago alemán contra Yugoslavia. El ejército yugoslavo fue vencido rápidamente y el país capituló once días más tarde, el 17 de Abril, siendo repartido entre Alemania, Italia, Hungría, Albania (convertida en italiana) y Bulgaria. Los ocupantes se aprovechaban de la oposición entre las distintas nacionalidades y llevaban una política antijudía y antigitana, de distinta intensidad según las regiones. El Gobierno legal, con el rey Pedro II, marchó al exilio a Londres, con lo que la oposición entre croatas y serbios se mantuvo en el extranjero. En Yugoslavia se desarrollaron dos movimientos de resistencia: el de los Chetniks, del general serbio Mihailovic y poco favorable a la guerrilla, y el animado por Josip Broz Tito desde el Partido Comunista, que organizó el movimiento de guerrillas sin distinción de nacionalidades ni religiones. Al principio, los dos movimientos trataron de colaborar, pero muy pronto entraron en abierta oposición. En 1943, el Consejo Antifascista se transformó en el Comité Nacional de Liberación. Además de dirigir eficazmente la lucha, organizaba el Frente Popular y anulaba el Gobierno de Pedro II en el exilio. Tito, apoyado por los Aliados, desplazó a Mihailovic, recuperó Belgrado y, con ayuda soviética, liberó totalmente Yugoslavia. La guerra afectó duramente a Yugoslavia: el 10% de su población desapareció y las pérdidas materiales fueron enormes. En 1945 se formó un Gobierno provisional presidido por Tito que tomó medidas políticas, sociales y económicas para consolidar la hegemonía política de los comunistas. El Frente Popular, que agrupaba al Partido Comunista y a políticos de diversos partidos, venció en las elecciones, abolió la monarquía y proclamó la República Federal Popular, integrada por Serbia, Croacia, Eslovenia, Montenegro, Macedonia y Bosnia-Herzegovina, más las dos regiones autónomas de Kosovo y Voivodina . Se ratificó a Tito como jefe del Gobierno y se aprobó una Constitución. Se tomaron diversas medidas sobre la propiedad, la reforma agraria y la estructura política, mientras los comunistas perseguían a todos sus adversarios. Mihailovic, jefe de las milicias serbias (Chetniks) durante la guerra, fue ejecutado tras ser acusado de colaboración con los alemanes. Yugoslavia desarrolló estrechos lazos con la URSS, de la que recibía una importante ayuda económica. La crisis entre ambos países estalló en 1948 a propósito de la federación balcánica con Bulgaria y Albania, a la que Stalin era hostil. La ruptura con Moscú, acompañada de un bloqueo económico por parte de los otros países socialistas, obligó a Tito a modificar su política y solicitar ayuda de Gran Bretaña, Estados Unidos y Francia, aunque esto no le impidió mantener su postura independiente y su ideología comunista. Después de 1960 se abrió un periodo marcado por un desarrollo de la democratización. Una nueva Constitución instituyó un república "socialista" haciendo hincapié en la democracia directa y la autonomía de las repúblicas. Pero el problema del nacionalismo continuaba y condujo en el curso de los años setenta a una crisis caracterizada principalmente por la destitución de dirigentes croatas. También se desarrolló una lucha contra el liberalismo (destitución de dirigentes serbios), el tecnocratismo y los komiformistas. La Constitución de 1974 reforzó los derechos de las repúblicas pero, al mismo tiempo, garantizó la autogestión y la unidad del sistema. Tras la muerte de Tito, en Mayo de 1980, entró en funcionamiento el colectivo presidencial, encabezado en turnos anuales por cada uno de sus ocho miembros (representantes de las seis repúblicas y las dos regiones autónomas de Kosovo y Voivodina). Aunque esta alternancia había sido deseada por el propio Tito y los dirigentes se habían comprometido a seguir su política de gobierno, la desaparición de Tito suspuso el inicio de una larga crisis política, agravada por una situación económica progresivamente deteriorada. La carencia económica empeoró especialmente en las repúblicas más atrasadas y exacerbó los sentimientos nacionalistas de las más ricas, Eslovenia y Croacia, que reclamaron una fórmula de independencia o una confederación. Serbia se oponía sus pretensiones y en 1989 se produjeron los primeros choques nacionalistas en Kosovo, provincia autónoma de Serbia de mayoría musulmana. En 1990 se inició la verdadera crisis con la descomposición de la Liga Comunista.
En Junio de 1991, Eslovenia y Croacia se declararon independientes y poco después tuvo lugar el primer conflicto de milicianos eslovenos y croatas con el Ejército Federal, controlado por Serbia.
Por mediación de la Comunidad Europea se logró un cese de hostilidades y el inicio de negociaciones para terminar con la guerra civil desatada entre Serbia y Croacia. La paz se restableció fácilmente en Eslovenia, sin población serbia, pero en Croacia, la comunidad serbia (el 12% de la población) rechazó la integración en un estado croata independiente. El presidente croata formó un ejército y pidió ayuda a la Comunidad Europea, que fue incapaz de detener el conflicto interétnico. Tras lograr un cese de hostilidades entre Croacia y Serbia, por mediación de la ONU, los países de la CE reconocieron a las repúblicas eslovena y croata y se firmó un acta de disolución de la federación yugoslava en Enero de 1992. La guerra, cada vez más sanguinaria, prosiguió ahora en Bosnia-Herzegovina, tras proclamar esta república su independencia. Los servio-bosnios practicaron una política de terror para desplazar a las poblaciones croatas y musulmanas. Yugoslavia quedó reducida a Serbia y Montenegro que, en Abril de1992, constituyeron la República Federal de Yugoslavia, con Slobodan Milosevic como jefe del Estado. La ONU, conocedora de la labor de "limpieza étnica" que se estaba llevando a cabo en Bosnia-Herzegovina, no reconoció la nueva Yugoslavia y acordó su bloqueo económico en Abril de 1993 a fin de evitar el apoyo militar que prestaba a los serbio-bosnios. Estas sanciones afectaron duramente la economía, especialmente en Montenegro, donde se desarrolló el mercado negro y se forzó al paro a la mitad de la población. Las sanciones fueron desvirtuadas por un intenso contrabando, potenciaron a los extremistas y reforzaron el apoyo interno a Milisevic. En 1995, los serbio-bosnios ocuparon las ciudades bosnias protegidas por la ONU, la OTAN bombardeó las posiciones serbias y éstos aceptaron negociar. Bill Clinton convocó a los presidentes serbio-bosnio, serbio y croata a una conferencia de paz en Dayton que puso fin al conflicto en Noviembre de 1995.
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