Kenningar: construcciones poéticas

El mar era el “prado de la gaviota”; la espada era la “vara de la ira”; el barco era el “potro de la ola”; los ojos eran las “piedras de la cara”; el pecho era el “asiento de las carcajadas”; el río era la “sangre de los peñascos”; el guerrero era el “teñidor de espadas”; el corazón era la “piedra del brío”, las cejas eran los “cortinajes del rostro”; la poesía era el “licor de Odín”; el brazo o la mano eran el “trono del halcón”; el viento era el “lobo de los cordajes”; la cerveza era “la marea de la copa”; los dientes eran “los riscos de las palabras”.
En el Háttatal (El recuento de estrofas) de Snorri Sturluson, las kenningar se dividen en tres grados. El primero se le denomina kenning, al segundo tvíkent y al tercero rekit. Un kenning es la parte menor constitutiva de una kenning. Por ejemplo, se le puede llamar a la batalla “el fragor de los dardos”; o al aire, “casa de los pájaros”. Estos dos casos son kenningar simples. En cambio, en un tvíkent o doblado, se usa otra figura retórica adicional para doblar el kenning. Así , “la llama del fragor de dardos” no se le llamará a la batalla, sino a la espada. Cuando se continúa con más asociaciones, se dice que es proseguido, o rekit.
Un ejemplo de texto construido con kenningar podría ser precisamente de Sturluson, de la Saga de Egil Skallagrímsson:
Pero me es hostil / el dios que destila / dulce licor de malta, / agrio su corazón; / ya no puedo erguir / mi cansada cabeza, / no puedo tener firme / el carro de la razón.
Donde aparece las siguientes kenningar: “El dios que destila” (Odín); “Dulce licor de malta” (poesía); “El carro de la razón” (la cabeza).
Otro más, un verso de los muchos interpolados en la Saga de Grettir:
El héroe mató al hijo de Mak;Hubo tempestad de espadas y alimento de cuervos.
Las kenningar también se usan en la modernidad. Como curiosidad, quizá poca gente sepa que todos los títulos de la saga de fantasía épica Canción de hielo y fuego, de George R. Martin, son

El título de El señor de los anillos , de Tolkien, también parecería ser una kenningar: un señor de los anillos era un rey, no porque llevara un puñado de anillos en sus dedos, sino porque los príncipes nórdicos obsequiaban anillos como recompensa por triunfos militares a sus lugartenientes.
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