Hemeroteca audiovisual PROCOMUN. Interesante propuesta española a imitar

La idea de la hemeroteca audiovisual como procomún reivindica el derecho de acceso y uso de los archivos audiovisuales de los medios de comunicación y promueve la búsqueda de soluciones para la libre disposición de los mismos. La producción de los medios de comunicación son construcciones de la realidad más inmediata, representan la sociedad y la mediatizan. En la tradición clásica se dice que son notarios de la actualidad. Son más que eso, pero esa definición nos sirve para entender su papel como productores de memoria histórica e imaginario colectivo.
Todos sabemos que una consulta a los periódicos de hace 30 años nos proporciona una interesante mirada sobre la sociedad de su tiempo. ¿Y una consulta a la televisión de entonces? ¿Y a la radio? En el primer caso tenemos ciertos canales para localizarla, aunque no suficientes porque todavía queda mucho para que todas las hemerotecas estén online y abiertas, en última instancia siempre nos quedará el recurso de la Hemeroteca Nacional. En el caso de la radio y la televisión, tenemos un grave problema. Si alguien ha intentado recuperar un programa que vio o escuchó en un momento dado y no tuvo los reflejos de grabarlo en el instante, sabrá de qué habló. Empieza entonces la carrera de obstáculos por las cadenas, sin garantía de que se canalice la consulta y menos aún de dar con el documento deseado aun ofreciendo pagar por ello. Resultado: frustración. Ahora con internet, nos queda la esperanza de que le haya interesado también a algún duende de YouTube y encontrarlo online. Pero tampoco hay garantía de que lo encontremos. Resultado: más frustración.
Así como la conservación y disposición de la hemeroteca en prensa es una tradición en la cultura bibliotecaria, no ocurre lo mismo con la producción audiovisual como sí
sucede en otros países. Varias razones han contribuido a generar esta laguna, sobre todo de índole económica por los medios técnicos que requiere, pero también por falta de voluntad o, lo que es más preocupante aún, porque ni siquiera se haya contemplado como necesario.
Los archivos audiovisuales de los medios de comunicación son conservados por las propias cadenas de radio y televisión como una fuente más de su explotación comercial. Por el contrario, considerarlos como un
bien común implica que sean considerados parte de la cultura de los ciudadanos y que disponga de un régimen de protección especial.


Acceso y cultura de la remezcla

Cuando hablamos de acceso, lo hacemos en un sentido amplio, no sólo de “exposición” a los contenidos, sino de apropiación de los mismos. Es decir, de ir más allá de la mera reproducción del modelo broadcast, disfrazado en streaming en su versión online, y permitir la reutilización de los documentos. Para ello es necesario que los contenidos puedan ser descargados, grabados y susceptibles de remezcla.

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