Primer hombre en el espacio: Yuri Gagarin
En secreto En sus memorias, Gagarin recordaría que al sobrevolar el Atlántico pensó en su madre y en cómo reaccionaría al conocer la noticia. De hecho, como el resto del mundo, la madre de Gagarin desconocía el proyecto 'Vostok', que fue llevado en secreto hasta el mismo día del lanzamiento. Veinte jóvenes pilotos habían sido seleccionados en junio de 1969 entre 3.000 candidatos, grupo que después se redujo a seis personas, que participaron en un entrenamiento secreto que incluía gimnasia, paracaidismo, natación, el estudio de astronomía, medicina y geofísica, así como la experimentación en una 'centrifugadora' y en una maqueta de la cápsula. Al parecer, Gagarin, piloto de las fuerzas aéreas de pequeña estatura (1'69) y mucha simpatía, destacó pronto entre sus compañeros, aunque no fue elegido definitivamente hasta el mismo mes del lanzamiento.

Hasta entonces se habían realizado dos exitosas pruebas con maniquíes; uno de sus compañeros, Valentin Bondarenko, había muerto en un accidente en la cámara barométrica. Hasta el último momento el mando de la misión no se decidía entre Gagarin y Guerman Titov. Al parecer, el primero fue elegido principalmente por su extracción social, ya que el ser hijo de un carpintero y una ordeñadora le hacían ideal para encarnar al héroe soviético de origen humilde. Guerman Titov por el contrario, además de tener nombre alemán, era hijo de un profesor. Y como era de esperar, Gagarin se convirtió en un héroe nacional. El propio presidente estadounidense, John Kennedy, reconoció su hazaña a pesar de que el viaje del 'Vostok' era la segunda bofetada a la carrera espacial americana, tras el lanzamiento del satélite artificial 'Sputnik' en octubre de 1957. Gagarin vio como se le dedicaban películas, canciones, monumentos e incluso una plaza en Moscú, y todos los niños rusos querían ser cosmonautas. Pero la fama tuvo un doble filo, ya que al héroe nacional se le prohibió cualquier actividad peligrosa que pudiera costarle la vida. Nunca volvió al espacio, y sólo en 1968 consiguió recuperar su licencia de piloto, que le había sido retirada. Los peores augurios de Moscú se confirmaron, y Gagarin murió el 27 de marzo de aquel mismo año cuando el 'Mig-15' a reacción que pilotaba junto a un instructor se estrellaba al noroeste de la capital, hundiéndose seis metros en la tierra. En aquel lugar se levanta hoy un monolito rojo en su memoria y los restos del cosmonauta descansan en el muro del Kremlin.
Desde entonces se multiplicaron las hipótesis sobre el accidente, e incluso algunos hablaron de un complot de la KGB para acabar con un símbolo que podía aspirar al poder político. La hipótesis más verosímil en la falta de experiencia del propio Gagarin con cazas a reacción, unida al mal tiempo que reinaba en la zona. El informe de las investigaciones oficiales ocupa 29 volúmenes.
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