Nombres de escritores y cómo quedar como un tipo listo

Alfredo Álamo

Reconozcámoslo: a todos nos gusta quedar bien hablando de libros sesudos, los hayamos leído o no, lanzando citas sacadas de viejos almanaques aptas para cualquier ocasión y, cómo no, corrigiendo a un amigo cuando nos está robando el protagonismo en una fiesta.

Para esto último no hay mejor ayuda que una tabla que acabo de ver en Booklicious y que es toda una joya para los amantes del puntillismo y que se niegan a seguir la regla no escrita en la que ante una palabra compuesta en un idioma extranjero siempre hay que pronunciar una parte bien y una mal, ya que pronunciar las dos bien es de pedante y las dos mal, de paleto.

Pues bien, esta regla (también llamada Ley White Label) podría ser aplicada a los nombres de famosos escritores extranjeros, ya que muchos de ellos tienen unos apellidos de lo más peculiar que son pronunciados un poco como más nos da, o como le hemos escuchado a alguien alguna vez en algún lugar. Vamos, que no tenemos ni idea. Para quedar como auténticos connoisseurs o para darle en los morros a otro connoisseur, podemos aprendernos algunos de estos nombres y su pronunciación (atención que está preparado para anglófonos, pero se entiende bastante bien).

Nombres de autores

Recomiendo, por eso de la actualidad, fijarnos que Michel Houellebecq sería “Uellbeq“, nada de “Jalebeq“, como a más de un crítico literario se le ha escapado por la radio, o que Thomas Pynchon se pronuncia “Pinshan” y no “Pinchon” (o Painchón). Es un respiro también saber que a Palahniuk hay que nombrarlo como “Palanik”. Aunque ahora que miro… eso de que a Borges haya que llamarlo “Borjais” me suena a complot gafapasta para desacreditarnos a partir de ahora en presentaciones literarias y cócteles de alto copete.

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