Algunos sueños en el Espacio de lectura
LOS SUEÑOS
Son una fuente de misterio continuo para los científicos y psicólogos.
¿Por qué soñamos?
¿Cuál es la causa de los sueños?
¿Podemos controlarlos?
¿Cuál es su significado? Corres y nunca llegas a tu destino. Te caes por un precipicio, o de pronto se caen los dientes o el pelo. También puede suceder que en el momento más bonito, despiertas... Aunque muchos estudios se ocupan de ellos, los sueños siguen siendo un gran misterio.-
¿Qué mejor forma de explicar nuestra habilidad de habitar en otros espacios o de sacar lo peor o lo mejor de nosotros mismos que combinando estas dos grandes facultades: el soñar y el crear?
Esa incertidumbre que corta la respiración y que otorga a la atmósfera una tensión extrema es una prueba más de la estrecha relación que hay entre sueños y literatura.
“Creo en todo hasta que sea refutado. Entonces creo en las hadas, los mitos, los dragones. Todo existe, incluso si está en tu mente. ¿Quién puede decir que los sueños y las pesadillas no son tan reales como el aquí y el ahora?” (John Lennon)
Los cuentos y poesías siguientes son ejemplos de ese misterio que es SOÑAR
TAL VEZ ALGUIEN ME ESTÉ SOÑANDO…
Ana Blandiana. (Timișoara, Rumanía, 1942) El sueño dentro del sueño y otros poemas.
Tal vez alguien me esté soñando…
Por eso mis gestos
Son tan blandos
E indefinidos,
Como si olvidaran su intención
Grotesca
A mitad del movimiento;
Por eso mis contornos se borran,
Segundo a segundo,
Y mis actos se desvanecen…
Y tal vez al que me esté soñando
Lo arrancan de vez en cuando
Del sueño
Y, despierto,
Lo llevan a regañadientes a su vida
Real;
Por eso a veces me oscurezco
Suspendida
Como de un hilo de nieve que se desvanece,
Sin saber
Si alguna vez él volverá a dormir
Para que alguna cosa
Vuelva a sucederme.
OTRO MUSCULO SECRETO
. Eduardo Galeano El libro de los abrazos
En los últimos años, la Abuela se llevaba muy mal con su cuerpo. Su cuerpo, cuerpo de arañita cansada, se negaba a seguirla. Menos mal que la mente viaja sin boleto - decía.
Yo estaba lejos, en el exilio. En Montevideo, la Abuela sintió que había llegado la hora de morir. Antes de morir, quiso visitar mi casa.
Con cuerpo y todo.
Llegó en avión, acompañada por mi tía Emma. Viajó entre nubes, entre olas, convencida de que iba en barco; y cuando el avión atravesó una tormenta, creyó que andaba en carruaje, a los tumbos, sobre el empedrado.
Estuvo un mes en casa. Comía papillas de bebé y robaba caramelos.
En plena noche se despertaba y quería jugar al ajedrez o se peleaba con mi abuelo muerto hacía cuarenta años. A veces intentaba alguna fuga hacia la playa, pero se le enredaban las piernas antes de llegar a la escalera.
Al final, dijo:
- Ahora, ya me puedo morir.
Me dijo que no iba a morirse en España. Quería evitarme los líos burocráticos, el traslado del cuerpo y todo eso: dijo que ella bien sabía que yo odiaba los trámites.
Y se volvió a Montevideo. Visitó a toda la familia, casa por casa, pariente por pariente, para que todos vieran que había regresado de lo más bien y que el viaje no tenía la culpa. Entonces, a la semana de llegar, se acostó y se murió.
Los hijos echaron sus cenizas bajo el árbol que ella había elegido.
A veces, la Abuela viene a verme en sueños. Yo camino al borde de un río y ella es un pez que me acompaña deslizándose, suave, suave, por las aguas.
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EL SUEÑO
Jorge Luis Borges.- (El otro, el mismo, 1964)
Si el sueño fuera (como dicen) una
tregua, un puro reposo de la mente,
¿Por qué, si te despiertan bruscamente,
sientes que te han robado una fortuna?
¿Por qué es tan triste madrugar? La hora
nos despoja de un don inconcebible,
tan íntimo que sólo es traducible
en un sopor que la vigilia dora
de sueños, que bien pueden ser reflejos
truncos de los tesoros de la sombra,
de un orbe intemporal que no se nombra
y que el día deforma en sus espejos.
¿Quién serás esta noche en el oscuro
sueño, del otro lado de su muro?
EL SUEÑO
Jorge Luis Borges. La Rosa profunda (1975)
Cuando los relojes de la media noche
prodiguen
un tiempo generoso,
iré más lejos que los bogavantes de Ulises
a la región del sueño, inaccesible
a la memoria humana.
De esa región inmersa rescato restos
que no acabo de comprender:
hierbas de sencilla botánica,
animales algo diversos,
diálogos con los muertos,
rostros que realmente son máscaras,
palabras de lenguajes muy antiguos
y a veces un horror incomparable
al que nos puede dar el día.
Seré todos o nadie. Seré el otro
que sin saberlo soy, el que ha mirado
ese otro sueño, mi vigilia. La juzga,
resignado y sonriente.
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ANOCHE CUANDO DORMIA
Antonio Machado – (Anoche cuando dormía)
Anoche cuando dormía
soñé ¡bendita ilusión!
que una fontana fluía
dentro de mi corazón.
Dí: ¿por qué acequia escondida,
agua, vienes hasta mí,
manantial de nueva vida
en donde nunca bebí?
Anoche cuando dormía
soñé ¡bendita ilusión!
que una colmena tenía
dentro de mi corazón;
y las doradas abejas
iban fabricando en él,
con las amarguras viejas,
blanca cera y dulce miel.
Anoche cuando dormía
soñé ¡bendita ilusión!
que un ardiente sol lucía
dentro de mi corazón.
Era ardiente porque daba
calores de rojo hogar,
y era sol porque alumbraba
y porque hacía llorar.
Anoche cuando dormía
soñé ¡bendita ilusión!
que era Dios lo que tenía
dentro de mi corazón.
SUEÑO DESPIERTO
José Martí
Yo sueño con los ojos
Abiertos, y de día
Y noche siempre sueño.
Y sobre las espumas
Del ancho mar revuelto,
Y por entre las crespas
Arenas del desierto
Y del león pujante,
Monarca de mi pecho,
Montado alegremente
Sobre el sumiso cuello?
Un niño que me llama
¡Flotando siempre veo!
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